La igualtat
1. Fes un escrit d'una pàgina sobre la IGUALTAT entre les persones. Cerca imatges que la representin.
2. Cerca un conte popular, el penges al teu blog i l'expliques. També l'has d'acompanyar d'un parell d'imatges.
1.
Igualdad social es la característica de aquellos estados en los que todos sus individuos o ciudadanos sin exclusión, alcanzan en la práctica la realización de todos los derechos humanos, fundamentalmente los derechos civiles y políticos y los derechos económicos, sociales y culturales1 necesarios para alcanzar una verdadera justicia social.2
La igualdad social supone el reconocimiento de la igualdad ante la ley, la igualdad de oportunidades así como la igualdad de resultados civiles, políticos, económicos y sociales.
2.
Érase una vez una niña que era muy
querida por su abuelita, a la que visitaba con frecuencia aunque vivía
al otro lado del bosque. Su madre que sabía coser muy bien le había
hecha una bonita caperuza roja que la niña nunca se quitaba, por lo que todos la llamaban Caperucita roja.
Una tarde la madre la mandó a casa de la
abuelita que se encontraba muy enferma, para que le llevara unos
pasteles recién horneados, una cesta de pan y mantequilla.
– “Caperucita anda a ver cómo sigue tu
abuelita y llévale esta cesta que le he preparado”, –le dijo. Además le
advirtió: –“No te apartes del camino ni hables con extraños, que puede
ser peligroso”.
Caperucita que siempre era obediente
asintió y le contestó a su mamá: – “No te preocupes que tendré cuidado”.
Tomó la cesta, se despidió cariñosamente y emprendió el camino hacia
casa de su abuelita, cantando y bailando como acostumbraba.
No había llegado demasiado lejos cuando
se encontró con un lobo que le preguntó: – “Caperucita, caperucita ¿a
dónde vas con tantas prisas?”
Caperucita lo miró y pensó en lo que le
había pedido su mamá antes de salir, pero como no sintió temor alguno le
contestó sin recelo. – “A casa de mi abuelita, que está muy enfermita”.
A lo que el lobo replicó: – “¿Y d ó nde vive tu abuelita?”.
– “Más allá de donde termina el bosque,
en un claro rodeado de grandes robles”. – Respondió Caperucita sin
sospechar que ya el lobo se deleitaba pensando en lo bien que sabría.
El lobo que ya había decidido comerse a
Caperucita, pensó que era mejor si primero tomaba a la abuelita como
aperitivo. – “No debe estar tan jugosa y tierna, pero igual servirá”, –
se dijo mientras ideaba un plan.
Mientras acompañaba a esta por el
camino, astutamente le sugirió: – “¿Sabes qué haría realmente feliz a tu
abuelita? Si les llevas algunas de las flores que crecen en el bosque”.
Caperucita también pensó que era una
buena idea, pero recordó nuevamente las palabras de su mamá. – “Es que
mi mamá me dijo que no me apartara del camino”. A lo que el lobo le
contestó: – “¿Ves ese camino que está a lo lejos? Es un atajo con el que
llegarás más rápido a casa de tu abuelita”.
Sin imaginar que el lobo la había
engañado, esta aceptó y se despidió de él. El lobo sin perder tiempo
alguno se dirigió a la casa de la abuela, a la que engañó haciéndole
creer que era su nieta Caperucita. Luego de devorar a la abuela se puso
su gorro, su camisón y se metió en la cama a esperar a que llegase el
plato principal de su comida.
A los pocos minutos llegó Caperucita
roja, quien alegremente llamó a la puerta y al ver que nadie respondía
entró. La niña se acercó lentamente a la cama, donde se encontraba
tumbada su abuelita con un aspecto irreconocible.
– “Abuelita, que ojos más grandes tienes”, – dijo con extrañeza.
– “Son para verte mejor”, – dijo el lobo imitando con mucho esfuerzo la voz de la abuelita.
– “Abuelita, pero que orejas tan grandes tienes” – dijo Caperucita aún sin entender por qué su abuela lucía tan cambiada.
– “Son para oírte mejor”, – volvió a decir el lobo.
– “Y que boca tan grande tienes”.
– “Para comerte mejooooooooor”, – chilló
el lobo que diciendo esto se abalanzó sobre Caperucita, a quien se
comió de un solo bocado, igual que había hecho antes con la abuelita.
En el momento en que esto sucedía pasaba
un cazador cerca de allí, que oyó lo que parecía ser el grito de una
niña pequeña. Le tomó algunos minutos llegar hasta la cabaña, en la que
para su sorpresa encontró al lobo durmiendo una siesta, con la panza
enorme de lo harto que estaba.
El cazador dudó si disparar al malvado
lobo con su escopeta, pero luego pensó que era mejor usar su cuchillo de
caza y abrir su panza, para ver a quién se había comido el bribón. Y
así fue como con tan solo dos cortes logró sacar a Caperucita y a su
abuelita, quienes aún estaban vivas en el interior del lobo.
Entre todos decidieron darle un
escarmiento al lobo, por lo que le llenaron la barriga de piedras y
luego la volvieron a coser. Al despertarse este sintió una terrible sed y
lo que pensó que había sido una mala digestión. Con mucho trabajo llegó
al arroyo más cercano y cuando se acercó a la orilla, se tambaleó y
cayó al agua, donde se ahogó por el peso de las piedras.
Caperucita roja aprendió la lección y
pidió perdón a su madre por desobedecerla. En lo adelante nunca más
volvería a conversar con extraños o a entretenerse en el bosque.


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